Pasteles amargos

Confieso que he tenido muy mala suerte en el amor. Soy gay de clóset, ya cuarentón y con un PÉSIMO ojo para fijarme en hombres. No me han faltado los revolcones, pero yo quiero amor (aaaamor quiere el caballero). Sé que es patético, pero quiero tener a un hombre que sea capaz de buscarme el lado amable y cariñoso que tengo, y que he podido mostrar. Les cuento algunas experiencias (no va nada XXX por siaca).
Me enamoré de un chiquillo en el colegio, que me odiaba a morir. Dos años sufriendo por los rincones.

Salí del colegio y estaba agarradísimo de mi mejor amigo en ese entonces. Hasta lo ayudé a conseguir a la mina que él quería - miren si seré hueón -.

Años más tarde, me enganché perdidamente de un tipo casado, que por lo que supe más tarde, se enamoró de mí, pero no tuvo la pachorra de aceptarlo y menos de entregarme abiertamente su amor. Fueron años de miradas, abrazos furtivos, cariños, regalos escondidos. Fue bonito, pero él ya no está.

Me volví loquito por un ex-carabinero que me sacó y me robó cuanto pudo. Menos mal que la cordura pudo más que la calentura y lo corté antes de que me sacara plata que ni tenía. Ahora se casó, tiene hijos y gorrea a la iñora como quiere.

Ahora, enamorado de... un alcohólico, mujeriego y tonto, pero con una labia y un embrujo impresionante. Sé que este está agarrado de mí, pero como buen machista, ni se le pasa por la cabeza que se puede enganchar de otro hombre.

No sé cómo me fijo en puros pasteles. Miro mi pasado y me dan ganas de taparlo con hormigón y acero. Qué vergüenza.