Donde está mi mente...?

Tengo papeles apilados en mi escritorio, correos electrónicos sin leer parpadean en la pantalla del computador, y mi jefe está llamándome para una reunión que no recuerdo haber aceptado. Pero por alguna razón, me siento desconectado, como si estuviera físicamente aquí pero mentalmente a kilómetros de distancia.

Miro por la ventana y veo a la multitud abajo, personas que parecen pequeñas desde esta altura. Todos ellos atareados, todos con un propósito. Pero aquí estoy yo, preguntándome: ¿dónde está mi mente?

Está lejos de aquí, debajo del agua, nadando con los peces. Siempre me ha gustado la sensación de estar bajo el agua, el silencio y la calma me proporcionan un escape del ruido de la ciudad. Es como si mi mente prefiriera dejar el cuerpo y sumergirse en el silencio del mar.

¿Qué estoy haciendo aquí, en esta oficina, cuando realmente quiero estar allá abajo, sintiendo el agua en mi piel y el sol brillando a través de la superficie del agua? Siento la necesidad de encontrar mi propia versión de la tranquilidad, algo más allá de la rutina y las responsabilidades. Pero por ahora, tengo que devolverme a la realidad y preguntarme de nuevo, ¿dónde está mi mente?

Puede que esté lejos, soñando con el océano, pero por ahora tengo que encontrar alguna manera de llevar esos sueños a esta oficina hasta que pueda encontrar esa paz por la que ansío. Intento entonces, traer un poco de ese océano aquí, a mi espacio de trabajo en el corazón de esta ciudad, para darle algo de sentido a esta rutina laboral que parece haberse tragado mi vida.