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Ser un lindo ser humano, no tiene precio.

Leer la confesión de la Ingeniera que le hacían burlas sus compañeras y lo descubrió por unos wsp, me hizo recordar a mi historia laboral de hace unos años atrás.

Trabajo en el área de la salud, una simple y mortal administrativa que le gusta mucho su pega, de esas que se pelean con los compañeros flojos cuando por culpa de ellos atrasan las oportunidades de tratamientos para los pacientes.

Por ende me gane muchas felicitaciones en la oirs por parte de mis pacientitos, además de alguno que otro regalito que me llevan a la oficina cuando les toca volver, además de cada fin de año un ramo de flores de parte de mi jefa felicitandome por la atención brindada a los pacientes.

Pero... también me gané la envidia de mis compañeras.

También descubrí por unos Whatsapp que dedicaban muchas horas laborales y no laborales a hablar de mi, de mi ropa, de mi maquillaje, de mis amistades con compañeros hombres, de que bebia chela, y hasta salió mi hija al baile; mientras iba leyendo todo me dió una crisis de pánico, estuve con licencia 3 meses, porque no me cabía en la cabeza como eran tanta su envidia, por solo ser una buena funcionaria.

Porque materialmente ellas lo tienen todo ( más de 1 casa, más de 1 auto, etc.), son profesionales y yo una simple administrativo, mamá soltera, sin casa, sin auto, y viviendo el mes al 3 y al cuatro.

Al final... Todo esto me sirvió para comenzar a amarme a mi misma enormemente, en vez de sentirme mal por todo lo que me pelaban y hablaban mal de mi con el mundo, di vuelta el ship, y dije, chuta que gastan tiempo en mi, y me sentí completamente importante, bonita porque envidiaban mis faldas, empoderada por mis labios rojos, paso firme con mis tacones, afortuna por poder llevarme bien con los hombres, felíz de ser una mujer que se toma su chela pal calor, orgullosa de que todo lo que hago es para tener mis luquitas mensuales para sobrevivir con mi pequeña, cambio tanto mi vibra y energía que las enfrente y hablé cara a cara con ellas y les dije que me daba lo mismo que hablaran de mi, que les agradecía su preocupación diaria por mi vida, pero que sus pelambres y mala onda no cambiarían mi forma de ser, en más que me habían dado más fuerzas para seguir haciendo cosas que les ardiera.

Han pasado 3 años, y ya no se meten conmigo...

A estas cabras así, hay que pararlas firmemente no más, por qué simplemente te envidian lo que carecen y son cosas que generalmente no las pueden conseguir con dinero. Ya que ser un lindo ser humano no tiene precio.



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