La verdad desde dentro
Acerca de la confesión del tipo que le gustaban las scort y de la chica scort.
Soy periodista, y una vez me tocó hacer un reportaje acerca de prostitutas y cafés con pierna. Fui a un edificio conocido de la segunda ciudad más grande de Chile. En ese edificio habían varios departamentos donde chicas ejercían la prostitución. La jefa o mandame de las chicas, me contó en off que la mayoría eran universitarias de la UDD y USS. Con ese trabajo se podían pagar las carreras, que son carísimas en esas casas de estudio. Así que las chicas en las ventanas que tenían se iban a atender a clientes. Cuando le pregunté a la madame si ella creía que era un trabajo fácil me contestó 'tu crees que es fácil tener relaciones con viejos asquerosos? Además cuando no hay amor ni ganas duele muchísimo. Las niñas después de tener relaciones se bañan una hora y se resfriegan muy fuerte el cuerpo para no sentirse sucias. Este es el trabajo más difícil y ellas lo hacen por necesidad, de lo contrario no podrían estudiar'. Hoy esas niñas deben ser ingenieras, médicas y abogadas.
Luego fui a un café con pierna a tomar un café. Nunca había entrado a uno, pero debía seguir con el reportaje. Las chicas me miraron raro por ser una mujer que se sienta en la barra. Era un lugar oscuro con olor a rodilla. Las niñas estaban con ropa interior, y una señora me atendió. Era la jefa. Yo le dije la verdad, que era periodista y estaba haciendo un reportaje pero que iba a resguardar identidades. Ella, mientras me servía una bebida, me contó que las chicas rotaban mucho en ese trabajo... Cuando le pregunté el porqué me dijo: 'las niñas empiezan a trabajar y luego se casan con los clientes'. Cómo es eso le contesté?
'Aquí vienen muchos hombres profesionales de terno. Los mejores profesionales de esta ciudad. Vienen todos los días a tomar un café y a conversar con las niñas. Le cuentan sus problemas y ellas escuchan y los miran con una sonrisa. Muchos de ellos, se terminan enamorando de ellas. Les ofrecen una vida llenas de lujo y aceptan. Se casan, pero nadie nunca sabe dónde trabajaban, obvio que es un secreto hasta la tumba. Las llevan a sus casas como si ellas fueran niñitas de bien y todo tranquilo', dijo la jefa.
Me contó que la última en irse fue hace dos meses. Se la llevó un reconocido ingeniero de la ciudad.
Además me contó que también trabajaban chicas universitarias, porque el sueldo que se hacían en medio tiempo eran 600 mil, entonces les alcanzaba para pagar su arancel mensual y fotocopias.
Bueno, lo que les cuento es solo una parte del reportaje que hice, pero como ya he escrito mucho, no les voy a seguir dando la lata de contarles todo.
Lamentablemente muchas mujeres tienen que hacer esos tipos de trabajo para poder estudiar... Gracias a la vida, yo tuve una familia que me pudo pagar los estudios, pero no todas corren con la misma suerte que la mía.
Espero no haberlos aburrido con el relato.
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