Reestablecer contraseña

La dirección de correo electrónico está asociada a tu cuenta.

¿Por qué registarse?

Full Confession Control

Actualizar / eliminar o editar tus confesiones.

Notificaciones

Suscríbase para recibir notificaciones por email con las respuestas a tus confesiones.

Publicidad

¿Quieres publicitarte con nosotros? Comienza creando una cuenta.

¿Tienes alguna confesión laboral?

El nombre es opcional o puedes poner un seudónimo si lo deseas.

SOY CANTANTE CORAL AMATEUR.

Hace unos 13 años ingresé invitado a un coro de un colegio católico de Vitacura. Me recibieron como si hubiese sido Pietro Spagnoli. Me uní a ellos, pero tenían otro nivel de giras y actividades, aunque la directora más que músico era muy buena organizadora de conciertos.

Cuando llegué estaban preparándose para un viaje a Europa a un concurso coral. Íbamos a presentaciones donde nos pagaban solamente el pasaje y la tarifa por cantante se ahorraba para tal viaje.

Con el tiempo surgió la posibilidad de que volviera al ese coro un antiguo barítono (excelente y por cierto amigo mío) y por ser yo el último barítono llegado prefirió prescindir de mí. El problema fue el modus operandi de ella: me indicó que yo tenía serios problemas de desafinación, de ritmo y técnica vocal y que jamás en mi vida debía haber cantado en un coro, que no tenía condiciones. Me pisoteó tanto que quedé traumatizado con eso y renuncié a todo lo que fuera música y a volver a tomar siquiera una partitura. Sentí que había hecho el ridículo toda mi vida.

Mi ex pareja, quien me había invitado a participar, se mostró asombrado, pero me indicó que él era más músico que la misma directora (es cantante lírico titulado), intentando animarme a seguir cantando. Pero me rehusé.

Pasaron los meses y un integrante de los tenores de ese mismo coro me invitó a participar en una agrupación momentánea que se había formado en una universidad para un lanzamiento de una obra para orquesta y coro en un reconocido teatro. Dudé, pero fui. Era octubre y al final me animé y me quedé en dicha agrupación.

Pasaron los años y seguía cantando en ese coro, que era amparado por la universidad. Un día, para Navidad, dimos un concierto en una parroquia grande en Santiago Centro. Ese día asistieron todas las sopranos, las contraltos y todos los tenores... y yo era el único barítono. Asumí el reto y, por así decirlo, sostuve la armonía del coro durante gran parte de nuestra presentación. En el público, junto a otros dos coros que estaban presentes, estaba la directora del coro de Vitacura y que me había pisoteado tanto musicalmente hablando. Nada le dije, sólo demostré que era mucho más de lo que ella podía decirme.

Hace dos años ese coro fue disuelto por la universidad que nos albergaba y decidimos seguir cantando juntos, dada la amistad que nos une. Le pusimos nombre al coro, registramos la marca y formamos una SpA, de la cual soy uno de los presentantes legales. Y curiosamente, el director es el barítono por el cual me habían reemplazado en el coro de Vitacura!! Y somos grandes amigos. De hecho en pandemia hemos hecho producciones audiovisuales publicadas en páginas de coros de Chile.

Nuestra actividad coral sigue en pie. De hecho el año pasado estuvimos cantando en una boda en un elegante hotel del oriente de Santiago. Igual nos vimos interrumpidos en nuestro emprendimiento con la pandemia, pero seguimos de pie.

Qué vueltas de la vida. AMO CANTAR!!!!



No te reprimas. Completamente anónimo.

Suscríbete a nuestra lista de correo.

Ingresa tu email y te mandaremos las últimas confesiones
Nosotros valoramos tu privacidad, nunca compartiremos tu correo con nadie.