Reestablecer contraseña

La dirección de correo electrónico está asociada a tu cuenta.

¿Por qué registarse?

Full Confession Control

Actualizar / eliminar o editar tus confesiones.

Notificaciones

Suscríbase para recibir notificaciones por email con las respuestas a tus confesiones.

Publicidad

¿Quieres publicitarte con nosotros? Comienza creando una cuenta.

¿Tienes alguna confesión laboral?

El nombre es opcional o puedes poner un seudónimo si lo deseas.

La otra

El 2016 llegó una colega nueva al trabajo: casada hace 7 años, dos hijos pequeños. En pocos días de su llegada nos hicimos buenas amigas y a los pocos meses ya éramos yuntas. Su marido había encontrando trabajo en el norte, así que aprovechábamos su tiempo libre para salir con los niños (soy mamá soltera de un niño pequeño también). Nuestros hijos se hicieron amigos, y nosotras cada día más inseparables. Hasta que el marido la empezó a presionar de irse al norte con él, porque la extrañaba a ella y a sus hijos. Cuento corto, ella renunció para darle prioridad a su familia, después de casi 3 años trabajando con nosotros.

Cómo era muy buena colega, le hicimos una despedida en el trabajo, pero extrañamente no soportaba la idea de que se fuera tan lejos. Todos se despidieron deseándole lo mejor y yo como buena amiga esperé hasta el último para despedirme, y nos pusimos a llorar abrazadas porque sabíamos que no nos volveríamos a ver tan seguido como antes (viviríamos en dos extremos opuestos de chile). Lo extraño fue que después de estar como estupidas llorando inconsolablemente unos 10 minutos abrazadas, cuando nos separamos quedamos de frente y no sé si fue un impulso, pero me moría de ganas de darle un beso (no soy lesbiana, jamás había sentido algo así). No le di importancia y creí que quizás fue la emoción del momento.

Pasaron los meses, nos seguimos hablando todos los días, hasta que me contó que haberse ido a vivir al norte con su esposo había sido para peor, que ahora vivían peleando y que sólo se quería separar. No niego que me alegré un poco, pero como buena amiga le aconsejé que arreglara sus cosas con su esposo, que quizás la distancia les había jugado en contra, pero que podían volverlo a intentar, más que mal ahora estaban todos juntos con los niños como tanto anhelaban. Siguieron juntos, seguimos hablando cada día, pero no dejo de pensar en ese casi beso.

Pero un día, le conté que un compañero nuevo del trabajo me había invitado a salir, y se enojó. Me dijo que ahora la iba a dejar de lado por conocer a un wn, y comenzó a tirarme comentarios aludiendo a lo linda que yo era, que merecía lo mejor, que mejor me quedara soltera y que ella contaba los días para venir a pasar vacaciones al sur para verme. Sigo tratando de no pasarme rollos, porque quizás llevo tanto tiempo soltera que ese vacío afectivo lo llené con ella, pero la extraño. Pero hace una semana, nos pusimos a tomar por video llamada y estando ya pasadas de trago, le dije lo sola que me sentía de estar soltera y empezó a decir que ella se volvería lesbiana por mí. Ahí quedé plop. Después empezó a decirme lo sexy que me veía y lo triste que se sentía de estar casada.

El 15 de febrero viaja al sur sola y quiere que nos veamos. Yo la extraño demasiado pero después de tantos rollos que me he pasado, me da vergüenza verla en persona de nuevo. Siempre he pololeado con hombres, pero ella es la única que me ha hecho sentir lo que siento ahora. Estoy confundida. No sé qué pensar.



No te reprimas. Completamente anónimo.

Suscríbete a nuestra lista de correo.

Ingresa tu email y te mandaremos las últimas confesiones
Nosotros valoramos tu privacidad, nunca compartiremos tu correo con nadie.