Cuando el soldado se vuelve jefe
Trabajé en una de las empresas más iconicas del país, en minería. Fue mi primera experiencia profesional, con buenas lucas, y una excelente jefatura.
Al cabo de dos años, por abc razones, subió un jefe nuevo a la línea. Un tipo que, antes de ser jefe, era un simple soldado, igual que todos nosotros.
Desde ese minuto, el área comenzó una debacle horrorosa. El nuevo jefe resultó ser un troglodita sin ningún tipo de habilidades blandas que te trataba como el pico, no entendía ni la mitad de los estudios que pedía, y todo lo quería para ayer.
Lo que más me generó terror, fue un día en que lo encontré en el baño, visiblemente perturbado, a unas semanas de haber asumido el cargo. Le pregunté si estaba bien, y su respuesta fue:
'Sí. Y ya sé qué debo hacer. He comprendido que, a la pega, no se viene a ser feliz, sino a hacer lo que el jefe te diga'.
Esa frase fue el principio de un periodo de estrés y tensión horribles. La mitad del equipo con estrés laboral, la otra con depresión.
Mi consejo, sobretodo a los weones que posiblemente por mafias escalan a jefaturas: No se haga cargo de equipos si es un termocefalo con cero tacto para tratar con la gente. Eventualmente, lo pichulearan por incompetente y, además, su equipo no estará ni ahí con entregarle resultados ni prestarle ropa. Porque no se merece ni un saludo de cumpleaños.