Mejor ni participo
Ya que andan tan criticones del amigo secreto, acá les dejo otro.
Una Navidad me pasó lo que todos temen: me tocó el jefe de mi jefe.
Casi nunca lo veía, así que tampoco podía saber que regalar. Me desvelé buscando, me pasé del presupuesto como por 20 Lucas o más, toda estresada.
El día del intercambio llegó y el tipo ni apareció, nunca supe si le llegó el regalo. A mí me llegó un regalo: un cosmetiquero y un alfajor. Me enrabié, tanto gastar plata y que me llegar esa weá.
Antes de irme, en el baño se me acerca una de las trabajadoras del aseo, no la conocía porque no trabajaba en mi sector. Preocupada me pregunta si me gustó mi regalo, que lo había buscado con mucho esfuerzo y el alfajor lo había hecho ella.
Con mi alma hecha estropajo le agradecí el regalo.
Nunca más juzgo un amigo secreto. Si pueden hagan una lista, pero no se estresen más de la cuenta ni se pasen del presupuesto aunque les haya tocado el mandamás.
Ah, y todavía uso el cosmetiquero y el alfajor estaba rico.