No faltan l@s abusador@s
Una compañera de trabajo me saludó un día con un "hola, ¿cómo estás?"y me pidió un favor.
Le dije dale sí te colaboro, y ese mismo día me volvió a pedir ayuda para otro turno al día siguiente.
Más tarde, me pidió dinero prestado ¿? Cómo, como? De la manito al codo y luego?.
Le respondí que lo sentía, y por más insistente que sea no tengo dinero para prestar.
Desde entonces, a todo le respondo con un innegociable "no".