No lo hagan.
Confieso que una vez ayudé a una conocida pasándole un dato de trabajo que venía de una ex compañera de colegio con la que tenía cierta amistad. Quise hacer una buena acción, conectar a dos personas que, en teoría, podrían beneficiarse mutuamente. Error.
Cuando consiguió el trabajo, esta conocida se dedicó a hablar pestes de mí con mi ex compañera. Inventos, comentarios malintencionados, cosas sacadas de contexto… en fin, un pelambre de esos con veneno.
¿Resultado? La ex compañera me dejó de hablar sin siquiera darme la oportunidad de explicarle. Yo me di cuenta de todo, intenté aclararlo, pero ella no me creyó ni una palabra.
Y ahí están ahora, felices amigas. Por eso, aunque les lloren la carta con todo, no recomienden a cualquiera... la gente es más ingrata de lo que uno imagina.