Reestablecer contraseña

La dirección de correo electrónico está asociada a tu cuenta.

¿Por qué registarse?

Full Confession Control

Actualizar / eliminar o editar tus confesiones.

Notificaciones

Suscríbase para recibir notificaciones por email con las respuestas a tus confesiones.

Publicidad

¿Quieres publicitarte con nosotros? Comienza creando una cuenta.

¿Tienes alguna confesión laboral?

El nombre es opcional o puedes poner un seudónimo si lo deseas.

El auto fantasma

Pucha, no sé por dónde empezar. La cosa es que hace un par de meses había juntado unas lucas y ya estaba chato del auto chico que tenía, así que decidí buscar algo más grande, tipo SUV, pa' poder viajar con más comodidad. Y ahí aparece este SUV gigante que estaba terriblemente barato. La hueá me hizo dudar, pero el dueño me dijo que el auto tenía un pequeño detalle: resulta que había muerto una persona en el asiento trasero.

Yo, sinceramente, no soy muy creyente en esas cosas de fantasmas ni nada por el estilo. Pensé, "¿Qué tanto? Si no pasa nada, y la oferta está de lujo". Así que me lancé y lo compré.

La primera semana todo tranqui. La verdad, me sentía bacán manejando esa nave. Pero, no sé, como al día diez, empecé a sentir algo raro. Al principio, lo pasaba por alto, pero después se hizo más evidente. Cada vez que manejaba – sobre todo de noche – sentía como una presencia atrás, como si alguien me estuviera mirando.

Y la voz... Al principio pensaba que eran ideas mías, que de repente iba cagado de sueño o qué sé yo. Pero no, era una voz clara. Sobre todo en los semáforos, se escuchaba susurrando cosas inentendibles. Me daba vueltas la cabeza tratando de entender qué era lo que decía esa voz. Empecé a revisar por todas partes, a dejar el auto bien limpio, a revisar hasta la radio, por si acaso. Pero nada.

Era como tener un compañero de viaje no invitado. Cada vez que me subía al auto sentía una presión en el pecho, una molestia constante, como si me costara respirar. Ya no estaba disfrutando ese auto tan bacán que había comprado con tanto entusiasmo.

Y bueno, llega un punto en que ya no quería ni usarlo. Solo de pensarlo me daba nervios. Mis amigos me decían que estaba puro hueveando, que eran fantasías mías por saber la historia del auto, pero loco, las sensaciones eran tan vívidas que cuesta no creer.

Así que estoy en esa. Estoy pensando seriamente en venderlo. Preferiría perder unas lucas, que andar con ese cacho. Ya tengo algunas ofertas, gente que está dispuesta a comprarlo sin preguntar mucho. Y aunque me duele un poco dejar ir ese SUV, la paz mental es más importante.

Quizás en el fondo todo fue un revoltijo de mi mente, pero quién sabe. A veces, uno se mete en cada lío por ser porfiado. En fin, la vida sigue y ya habrá oportunidad de hacerse de otro auto, sin historias raras de por medio.



No te reprimas. Completamente anónimo.

Suscríbete a nuestra lista de correo.

Ingresa tu email y te mandaremos las últimas confesiones
Nosotros valoramos tu privacidad, nunca compartiremos tu correo con nadie.