Emprendimiento paranormal
Me casé cuando tenía 28 años. Con quien fue mi marido teníamos un par de emprendimientos y, más allá de una que otra discusión por trabajar juntos, iban bastante bien.
A unos días de cumplir 2 años casados, él tomó la mala decisión de subirse a un auto manejado por un borracho, sufrió un accidente de tránsito y murió. Yo quedé devastada. Viuda con 30 años, no entendía nada y la pena me superó por meses.
A los pocos días comenzaron a pasar cosas extrañas en nuestra casa. Nuestros gatos jugaban con alguien invisible, tal como lo hacían con él. La radio se cambió abruptamente un par de veces a una canción que él me cantaba.
Un reloj atrasado, que sólo él ponía a la hora, se ajustó en la hora de su muerte justo después de yo reclamar que ese reloj no volvería a estar a la hora. Y así muchas cosas más.
Empecé a percibirlo, y a pedirle cosas. Yo estaba sola en el dpto siempre, y recuerdo una vez pedirle que, si estaba por ahí, me ayudara a encontrar unos documentos de una sociedad que teníamos, que no había podido encontrar desde que había muerto ya que él los había guardado. Fue como si escuchara su voz en mi cabeza diciendo “bolso verde”, fue muy extraño, la voz había sonado en mi cabeza, pero no como un pensamiento propio.
Corrí a un closet donde habían muchos bolsos, y encontré uno verde, del cual ni siquiera recordaba su existencia, y ahí estaban los documentos.
Después de esas cosas empecé a investigar, quería comunicarme con él de forma fluida. Leí y estudié mucho, comencé a identificar en mi cabeza mis propios pensamientos y cuáles eran ajenos. Le pedí que, desde el otro lado, él también estudiara y aprendiera cómo podíamos comunicarnos.
Practicaba y le preguntaba cosas que yo no sabía, una respuesta llegaba, ya fuera en forma de pensamiento, una imagen, un recuerdo o un sonido, y así comencé a comunicarme.
Le pedía que buscara a gente que había partido, como mi abuelo, y le hiciera una pregunta específica, luego confirmaba la veracidad de la respuesta que llegaba con mi abuela y mi sorpresa (y la de ella) era tremenda al ver que las respuestas que tenía eran ciertas.
Hoy sigo trabajando con mi marido fallecido, tenemos algo como un emprendimiento bidimensional. Aprendí sobre mediumnidad y ayudamos a cercanos a contactar con seres queridos que han partido, yo desde este plano y él desde el otro. Le pido que vaya a buscar al ser querido que están esperando y paf, empieza la conexión.
La verdad, no sé qué pasa al otro lado, me da la sensación de que hacen cosas, están ocupados, pero siempre tienen un minuto para conectar y dar tranquilidad a quienes amaron en esta vida.
La pena de la partida de mi marido fue y es gigante aún, pero si algo saqué de ésta, fue el desarrollo de una espiritualidad que no tenía, que me ayudó a mí a enfrentar todo esto, a asimilar la muerte con la naturalidad que merece y a ayudar a una que otra persona a aliviar su pena.