La Camiloka

Estaba pensando en lo miserable de mi existencia, en el paradero de la micro, mientras esperaba al susodicho vehículo para ir a la pega. Hasta que la vi, mujer preciosa, 90-60-90, 1.80, con un escote en V a las 7 de la mañana.

Mis hormonas se revolucionaron. Me acerqué.

-Ehh hola
-Eh, sí? hola?
-Creo que te conozco, tú eres Camila del colegio xxxx? eramos compañeros (lo sé, la peor excusa del mundo)
-Jajajaj, no. Yo soy Fernanda (se llamaba como mi ex, uff)
-Ah disculpa Fernanda, bueno un gusto, yo soy Horacio.
-Jaja igualmente.
-Bueno ahora voy para la pega y con el frío que hace no se si llegaré congelado o que, tú, tan desabrigada, no tienes frío?
-La verdad no.
-Uh en serio?
-Sí, en serio. Además vengo saliendo de la casa de una amiga y no traje más ropa, me da lata pedir ropa si no la voy a usar, siento que la llevo a pasear por la cuidad.
-Jajaja, te entiendo. Bueno aquí viene la micro, te sirve?
-No, yo tomo la XXX.
-Bueno, un gusto adiós.

Nos despedimos de beso en la mejilla, me subí rápidamente a la micro.
Pasó el tiempo y no la volví a ver.

Hasta que llego a trabajar a la empresa como jefa, ella tenía un buen titulo en una buena universidad, mientras que yo estudié en el inacap.
Cuando me vio me saludo alegremente, pero cuando se enteró de mi puesto de trabajo, sentí que me miró feo, quizá solo fue mi impresión.

Paso el tiempo y me comenzó a tirar los tejos, pero yo me sentía inferior. Que con quien salgo ganará más que yo? Inaudito.

La rechacé, se aburrió, y se consiguió a un weon musculin, tonto a cagar, con un trabajo de mierda, siento que yo hubiese sido mejor partido que ese descerebrado.