Nadie reclama
El teletrabajo nos tiene agotados, la supuesta flexibilidad que daba la ley y que tantas flores le tiraron resultaron en horas seguidas frente a un computador; desde las 8 de mañana hasta las 6 de la tarde (y más si hay cosas que preparar y revisar) nos pintaron en el cuento de la flexibilidad con anexos de contrato de 12 horas por el mismo sueldo, pagando una millonada en luz e Internet para que nos funcione, comprando silla, escrtiorio teclado e incluso las almohadillas para no cagarnos los tendones.
Los empleadores no ceden horarios para que uno pueda ir a hacer compras o tramites y nos tienen en eternas reuniones sin espacios para compatibilizar la casa-familia con la pega, lo terrible es que ninguno de nosotros reclama, prácticamente pagamos por tener trabajo y cagamos con reclamar los que tenemos plazo fijo.