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No funciona bien la cosa

La verdad, siento una desilución, rabia, angustia, impotencia y, sobre todo, tristeza.
Soy prevencionista (sí, como tantos que hay acá).

Llegué a trabajar hace varios meses ya, a una obra de construcción, junto a un subcontrato.
La empresa no tenía absolutamente nada de 'prevención', por lo que para mí fue un desafío implementarla. Sin tener apoyo ni lo más básico que se necesita para hacer la gestión, no me quedó otra que tirarme a los leones y sacar yo sólo la pega como fuera. Además, la intromisión de mi jefe, que desde su desconocimiento y su caprichosa manera de ser, tomó decisiones que sólo entorpecía mi trabajo. Sin contar que debo rendirle cuentas al departamento de prevención de la empresa principal.

De a poco fuí levantando la prevención en la empresa, con dificultades y retos de por medio.
Hasta hace poco llegó un colega nuevo para 'apoyo', con el cual terminamos trabajando bien.
El tema está en que, por ser más antiguo y conocer bien la pega, supuse que yo sería el encargado del departamento y podría dar las órdenes. Sin embargo, a mi jefe no le bastó con todo lo que había hecho hasta el momento y decidió 'probarnos' a cada uno. Este colega no tenía idea de como funcionaba el asunto y yo le enseñé lo que sabía hasta el momento.
Intenté darle pegas, pero sintió que yo no era quién para darle órdenes, así que para no calentarme la cabeza, decidí trabajar por mi cuenta, echándome pega encima, y que él hiciera la pega sobrante.

Además, tiene habilidades comunicativas excelentes, cosa muy contraria en mí. Se empezó a ganar mi espacio, mientras que yo, abarcando demasiada pega, no daba una y me llegaban los retos, ya que desde la empresa principal suponían que yo era el jefe (no siéndolo).
Hace poco, llegaron 2 colegas sin experiencia y mi compañero los 'aguachó'. Se ganó la 'fidelidad' de ellos y, prácticamente son sus asistentes, mientras que a mi me empezaron a ver cómo sus iguales.

Al final, por la labia y la buena onda con el jefe, se terminó quedando como el encargado del departamento, mientras que a mí, me llamaron a reunión desde la empresa principal para 'humillarme' por un detalle que se me fue.

Ahora, la empresa creció y mi compañero tiene todas las facilidades, recursos y apoyo para hacer la pega comodamente, mientras yo me hundo más y más, quedando como 'el raspado de la olla', 'el cacho', el dejado de lado.

Me siento muy mal por lo sucedido. Siento que, una vez más en la vida, me quedé con las ganas, mirando como gato a la carnicería que otro esté disfrutando algo por lo que yo luché.



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