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Les gané el gallito!

Soy abogada, trabajé casi 10 años en un estudio donde el jefe siempre me dijo 'jamás te echaría', renuncié un par de veces por un tema de lucas, pero cómo me subían el sueldo siempre me quedaba.

Todo iba bien hasta que quedé embarazada (mi hijo mayor va a cumplir 4 años en un par de meses), le ofrecí a mi ex jefe renunciar a la vuelta del post natal para que no tuviese problemas con la continuidad laboral, él no quiso, así que me quede trabajando igual que antes.

Volviendo del post natal... sorpresa!!! Otro hijo! Nuevamente embarazada! Y ahí todo cambió (siendo que siempre dije abiertamente que quería tener dos hijos seguidos). Cuando volví de mi segundo post natal, me quitaron todas mis responsabilidades, hasta mi oficina!!! Tuve que compartir oficina con las personas que estaban a mi cargo hasta antes de quedar embarazada, lo que para mi fue magnífico, ya que me entretenía muchísimo, y lo que mis jefes consideraban un castigo, para mi terminó siendo un premio, lo pasaba mucho mejor, me reía todo el día.

Pero por otro lado, mis jefes seguían haciéndome la vida de cuadritos (según sus intenciones), lo que no les resultó porque mi carácter siempre ha sido súper relajado!

El tema es que terminaron quitándome tantas labores que prácticamente iba a la oficina a calentar el asiento. Mis obligaciones las cumplía una compañera (hasta por ahí las cumplía por que siempre me llamó por teléfono para solucionar los problemas, y cuando volví a trabajar siempre me pidió apoyo... obviamente ella jamás les dijo a mis jefes que la pega pesada la resolvía yo).

Finalmente en marzo nos fuimos con suspensión laboral, y hablé con mi marido para ver cómo estaba de lucas y si existía la posibilidad de apretarnos el cinturón y así yo renunciar... finalmente mis jefes habían ganado, yo me aburrí de tener una pega tan fome, y no quería volver una vez terminada la cuarentena... pero sorpresa!!! Me despidieron!!! Y obviamente me tuvieron que pagar hasta el último peso y los casi 3 años que me debían de vacaciones y toda mi indemnización por años de servicios.

En resumen, quien ganó el gallito fui yo, y me fui con dinero suficiente como para no trabajar unos dos años.



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